Extranjeros de todas partes del mundo, amantes de la biodiversidad y expertos en observación de aves llegan cada año a Bogotá en búsqueda del Páramo de Sumapaz con la esperanza de poder observar a la misteriosa águila.
Sin embargo, solo en raras ocasiones se le logra ver y quien lo hace debe considerarse afortunado, ya que para los antiguos muiscas ver un Águila Real en el páramo era señal de que eran bienvenidos y no rechazados por la naturaleza.
De RCN