De: Semana.com
Una descarada red de corrupción se gestó en los despachos judiciales de Bogotá, justamente donde están los encargados de garantizar justicia a los ciudadanos. Los funcionarios convirtieron las montañas de expedientes y el rezago del tiempo en un negocio millonario que por décadas estuvo oculto de las autoridades. Esta es la historia del cartel de los depósitos judiciales.
Una grotesca escena en los juzgados civiles de Bogotá, que algunos sindicatos convirtieron en linchamiento público en contra de un juez, terminó destapando un vergonzoso caso. Los sindicatos cuestionaron a un juez, en medio de rechiflas que difundieron en video, por despedir al secretario del despacho.
“Abajo el acoso laboral”, gritaban, mientras perseguían al juez por los pasillos del edificio Hernando Morales, en el centro de la capital. La verdadera historia está en un expediente de la Fiscalía, en varias denuncias y compulsas de copias en la Comisión de Disciplina Judicial. El funcionario despedido, que tan vehemente defendieron los sindicatos, es investigado y está a las puertas de un juicio por corrupción.

Se trata del cartel de los depósitos judiciales, una trampa a los ciudadanos, a los procesos y a la propia Justicia. Más de 4.000 millones de pesos, en menos de tres años, que estaban guardados en los famosos depósitos judiciales terminaron en los bolsillos de funcionarios que lograron hacerles conejo a los usuarios y a la ley. Falsificaron poderes, suplantaron huellas y se metieron en el sistema para manipular la entrega de esos depósitos.